Pasión y razón en las esculturas de Margarita Checa
Después de haber vivido tres años en Costa Rica y de haber sentido mucha nostalgia por el Perú, Margarita Checa ha regresado con ganas de quedarse definitivamente en el terruño y continuar aquí con la escultura, el arte donde pone toda su pasión y su razón.
Ni bien desempacó sus maletas y en la hacienda iqueña de su padre, rodeada de la tranquilidad necesaria para crear, la artista dio forma a siete esculturas que exhibe en Corriente Alterna, hasta mañana.
La figura humana, y la animal, en madera y con detalles de cuerno de toro, predominan en esta muestra. “Viva la vida” es un biombo en el que Margarita ha insertado dos cuerpos femeninos y uno masculino, los que pueden ser vistos por ambos lados, de frente y de espaldas.
Son figuras desnudas. “Siempre las hice así dice la escultora aunque ahora son más abstractas, más personales. Me interesa sobre todo la proporción de ellas, ajustar un poco aquí, algo más allá, es como moldear la vida”.
“La edad de la razón” es otra de sus esculturas de tamaño natural. ¿Se refiere a la adultez?, preguntamos. “Sí cuando uno llega a cierta edad, los opuestos se trabajan como un todo, se integran las partes”.
La presencia de la serpiente es una constante en esta muestra, es dominante en “La última piel”. El ofidio corona la cabeza de la escultura de forma humana, como haciendo equilibrio. “La serpiente, dice Margarita, es un símbolo primitivo, un arquetipo inconsciente en todas las civilizaciones. Yo la uso como un símbolo del cambio de la vida y al mismo tiempo, de la totalidad. La serpiente es el único animal capaz de cambiar de piel”. Y parafraseando a Joseph Campbell, agrega: “la serpiente cambia de piel como la luna a su sombra, para poder renacer”.
Una de sus esculturas, un cuerpo masculino, tiene el rostro triste. “Es como una máscara dice su autora mis esculturas tienen ahora una belleza que no tenían antes, esa que se conquista con el dolor”.
El caballo es otro elemento presente. Específicamente “Tótem del tiempo” es un equino que relincha, que luce desnudos sus huesos del tronco y cuya crin le da mucho movimiento. Es una alegoría que, según la artista, quiere dar a entender que el mundo en gran medida está hecho por los rebeldes.
A su vez, “Instinto” es un perro sobre el que está una serpiente a lo largo de todo el lomo. “Cuando hacemos los cambios, nuestro instinto animal nos guía bastante y un instinto sano nos favorece. El caballo y el perro son los animales más nobles”.
Madera – quinilla, pumaquiro, palo morado, caoba, cedro y olivo es el material con que Margarita ha trabajado esta muestra. Antes ya lo hizo con bronce. Todo partirá en pocos días para una serie de exposiciones en los Estados Unidos, las que empiezan en Atlanta. Será su segunda exposición en el extranjero, pues antes lo hizo en Panamá.
ROSA AMELIA FIERRO
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