MADERA SABIA
MARGARITA CHECA CONJUGA MAESTRÍA TÉCNICA Y PENSAMIENTO ECOLÓGICO EN SUS ESCULTURAS DE GRAN FORMATO “EN LA TRAMA DE LA VIDA” SE INAUGURA MAÑANA EN LA GALERÍA LUCIA DE LA PUENTE
Superando la impresión que causa el gran formato de sus esculturas, la comprobación de su maestría técnica o su conocimiento de las posibilidades de la madera, lo que fascina de la obra de Margarita Checa es ese equilibrio entre contundencia y fragilidad. Quizás el mejor ejemplo lo represente “Logos”, pieza en la que la artista talla el más delicado abrazo entre un gigante de dos metros en madera de yacushapana y su ligera pareja de olivo. “Yo soy eso. Una se hace fuerte porque carga su parte débil. En el fondo, no existe una dualidad entre fragilidad y fortaleza. Todo está intercomunicado, todo es siempre una unidad. Lo que le haces al hilo lo haces a toda la trama”, señala la escultora limeña, quien después de cinco años vuelve al circuito capitalino de galerías tras desarrollar una intensa carrera en Estados Unidos y en Centroamérica.
Para Checa, la escultura no es otra cosa que dar forma a una sensación imaginada, la cual va adquiriendo precisión milimétrica. En “La trama de la vida”, muestra que inaugura mañana en la galería Lucía de la Puente (Sáenz Peña 206, Barranco), las sensaciones tienen que ver con la femineidad, los mitos originarios y lo que ella considera una cierta filosofía ecológica.
Maestra en la talla de la madera y la incrustación, Checa encontró en este material La posibilidad de crecimiento que había agotado con el metal. “Mi trabajo es, en realidad, transformar la energía de la madera”, afirma. Y entre todas sus variantes, la creadora confiesa su debilidad por el olivo. “Es un material vivo, siempre mutable. Siempre se va a expandir, a hinchar, a cuartear, es parte del proceso. Siempre me sorprende su lealtad. Si lo conoces bien, el olivo es un cómplice en tu trabajo”, advierte.
Sus melancólicas y sensuales piezas comparten la sala con sus característicos niños, misteriosos y entrañables. “Uno no puede dejar al niño que lleva dentro. Él te motiva a seguir encontrando las sorpresas de la vida. Solo manteniéndote alerta puedes encontrar cosas”, aconseja.
EL HUMANO ESENCIAL.
Las melancólicas y sensuales esculturas de chaca parten de la reflexión sobre la femineidad, el mito y la muerte.
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