Critica Elida Roman
Margarita Checa
Con “La trama dé la vida” (galena Lucía de la Puente), Margarita Checa sigue poblando su mundo de criaturas simbólicas. Mujeres, niños y adolescentes, tan reales y, sin embargo, tan cargados de mensajes introspectivos y gestos elocuentes.
La autora verbaliza así la intención, en su introducción a la muestra: “La tierra no le pertenece al hombre, sino que el hombre le pertenece a la tierra. Todo está conectado, como la sangre que nos une a todos. El hombre no tejió la trama de la vida, es una mera hebra de la misma. Lo que le haga a la trama, se lo hace así mismo”. Vocación por subrayar ese destino ya trazado y la inevitable solidaridad que la condición humana requiere. ¿Cómo materializar este concepto?, ¿cómo sugerir estos términos de origen y destino? Checa ha optado por dos imágenes poderosas: mujer y niño. . Y los recrea en figuras erguidas, delgadas y austeras, con un aire en que lo místico y exótico se fusionan a través de la complicidad del taraceado enriquecedor. Donde los materiales usados juegan un rol no solo de diálogo plástico, sino también de facilitación simbólica. La calidez de maderas nativas (olivo, huairuro, cachimbo colorado, yacushapana)esintervenidaconincrustacionesde cachode toro, piedra de Huamanga”y metales como plata y bronce, portadores de guardas, ornamentos,detallesyobjetoscomplementarios, queconsiguendeslumbrarporsu inclusión precisa. Verdaderos tejidos, quizásesatramaquelaartistapretende mostrar, incluidas en las formas prolijas, elegantesypoderosas, asíportadorasdeunsinoque las guíay obliga. Detalle común a la mayoríade las piezas es la ausencia decabellera. Un destacardel cráneo limpio, despojado. Alo sumo, untocado rico (‘Energía’, ‘Ladelgada línea’), ambas mostrando el torso desnudo y una tela abrazando las caderas y prolongándose como una túnica trunca. Los niños, en poses que recuerdan el juego infantil, laactitud inocente, muestran algún gesto de movimiento en curso. Pero es “Logos” la obra que más impacta, por su calidad narrativa y alavez, expresión emocional. Dos cuerpos desnudos, abrazados, uno cargando al más joven, que apoya la cabeza en el hombro del otro, recostado, aliviado o yacente, inerte, abandonado. El amparo maternal, o el guía maduro, comprensivo y amoroso, o el auxilio compasivo. Ambigüedad de la circunstancia y abrazo conmovedor. Un conjunto de pequeñas esculturas en bronce repite las formas apuntadas, pero en ellas, quizás por obra del material empleadoy las exigencias técnicas que demanda, el resultadoesdiverso. Peseala buena ejecución, no alcanzan el diálogo inmediato que logran las maderas. La exposición es una galería de personajesquesiguen poblando el mundo personal de una escultora notable, detrabajo lentoy cuidadoso, que ha conseguido crear y elaborar una poética personal através de esculturas en que siempre queda aprisionadoun mensajemisteriosoy sereno, como guardián de un enigmasecretoadescifrar.
El Comercio
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