17/Dec/1984

Checa: Ruta libre

MARGARITA Checa es un caso aparte en la plástica peruana. Solitaria, alejada de cualquier tipo de corriente por más que muchos se empeñen en ligarla de manera forzada al surrealismo, debido quizás a un apego a lo onírico que linda con la pesadilla ella ha seguido su propio camino, anulando toda concesión para optar por un rigor en el cual la belleza pierde interés al ser remplazada por un alto nivel dibujístico. En la obra de Checa lo que importa son sus capacidades en el dibujo y en la escultura’ y la visión de un mundo interior empeñado en narrar opresiones y angustias.

Alumna de Anna Maccagno, Checa se inició en la escultura con una demonología en bronce en el cual las pequeñas figuras hacían referencia a un ritual oculto, a modo de una puesta en escena que auguraba lo que había de venir después. Y lo que vimos fue su aproximación a Cristina Gálvez, una identificación con ella, tanto en la parte gráfica como escultórica, donde evidenciaba su admiración por la maestra hoy desaparecida. De esa época se recuerdan sus mujeres fantasmagóricas, diminutas formas retorcidas que intentaban la bus queda de una mayor apariencia de flexibilidad del metal.

Carrera de lenta evolución, Margarita Checa fue liberándose de sus dependencias, para enrumbarse posteriormente por un camino de rostros deformados, donde el impacto provenía de las concavidades apreciadas en unos volúmenes donde la masa terminaba diluida en esas formas que se remontaban a un oscuro romanticismo.

Luego de un largo silenció apenas interrumpido por su participación en la Bienal de Trujillo Checa vuelve a exponer en Camino Brent después de haberse dedicado a la docencia, cuando falleciera Cristina Gálvez, y fundara junto a Leslie Lee, un taller en la casa de la maestra. Allí asumió un papel que ha convertido a este centro de enseñanza en uno de los más estrictos de Lima.

Ahora, a partir del miércoles, encontraremos a una artista que ha decantado excesos para ubicarse en el inicio de la madurez.

Checa se encuentra en esa etapa en la cual uno va terminando de liberarse de ataduras para elaborar un lenguaje persona}, basado en la misma tradición del dibujo, que constituye uno de los puntos más fuertes de su obra.

Quizás el mayor acierto de esta muestra se encuentra se encuentre en los retratos de perros, cuyos cuerpos, acertadamente estructurados, revelan el rigor con e! cual la expositora ha asumido esta nueva tarea. Sobre las amplias superficies grises Margarita Checa incluye los dibujos de mujeres cuyas deformaciones se apartan de tiempos y gustos, porque es obvio que con es-tos cuerpos femeninos ella no busca el halago a los sentidos sino la reflexión. Ellos revelan más bien a la maestra que quiere proponer una lección de dibujo más que intentar persuadir a través de la belleza. Porque lejos de la superficialidad que apunta a la venta o del fácil impacto de la estridencia, ella con estos personajes, cuyo, dinamismo proviene de sus líneas de acción, busca el análisis entendido y la meditación.

critica Luis Lama Ruta Libre

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